martes, 21 de agosto de 2018

Milos: playas de la costa norte

Como lo prometido es deuda, aquí va un post sobre las alucinantes playas de Milos. Nos quedaron muchas por ver, pero así tenemos una excusa para volver.

Comenzaremos por las playas de la costa Norte: Sarakinikos, Alagomandra y Papafragas. Estas tres se encuentran muy cercanas entre sí, en la carretera que va hacia Pollonia (pueblo pesquero donde se alojan muchos de los visitantes y con buenos restaurantes).

Sarakinikos es como viajar a la luna sin darte cuenta: De pronto, apareces sumergido en un paisaje de colinas, cráteres y dunas de piedra blanca, entre las que el mar se abre camino, dando lugar al final a una pequeña playa de arena oscura. Aunque haya oleaje, la forma de la grieta hace que las olas no lleguen a la arena, por lo que es ideal para los pequeños. Alrededor existen otraspequeñas grietas en las que puedes bañarte tirándote desde lo alto si pillas el mar en calma. 
Nos encantó! la única mala experiencia fue que se me ocurrió sentarme en una roca al borde de la playa, que estaba cubierta por el mar (parezco nueva!), y alguna anémona debió de hacer de las suyas en mi muslo. Conclusión: tuve un buen parche de urticaria como los que producen las medusas. Pero bueno, no hay nada que nuestro botiquín de viaje no arregle (parece que fuéramos a la guerra, de todo lo que llevamos 😂) Mejor quedaos con las imágenes maravillosas de una playa que merece la pena:






Alagomandra se encuentra a continuación de Sarakinikos en la carretera de camino a Pollonia. Para llegar a ella sí que tienes que salir de la carretera por una pista de arena que al final te conduce a un pequeño aparcamiento. Se trata de una playa estrecha pero larga, en cuyo extremo hay una gran cueva que se abre en la rocas. Esta playa sí tiene oleaje, pero no está tan concurrida como otras (el agua es menos segura para los pequeños, pero ya sabéis que eso oscila mucho). La vista es espectacular.





Y por último, voy a describir nuestra visita a Papafragas: puede que ésta sea la única que nos decepcionó un poco con respecto a lo que esperábamos, pero tiene una explicación. Nos acercamos dos días diferentes: el primer día, el oleaje era muy fuerte, y nos pareció que no merecía la pena bajar a ver la playa (el acceso es complicado si vas desde el parking, pasando por puentes formados por las rocas). El segundo día, el mar estaba mucho más calmado, pero como consencuencia del fuerte oleaje previo, hasta la orilla habían sido arrastrados restos de redes y plásticos procedentes de los barcos, por lo que no invitaba a bañarse. Se notaba que el agua estaba todavía revuelta. Una pena, porque las imágenes que hemos visto en otras webs son son espectaculares.



Conclusión: las playas del norte son una experiencia aparte, que no se parece a ningún sitio que hubiésemos visitado antes, y son totalmente recomendables. Ah! Si vais, no olvidéis llevar mucha protección solar, porque la sombra es escasa.

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