domingo, 3 de septiembre de 2017

Al despelote playero!

El temido Levante sólo ha durado un día, así que hemos podido retomar los planes playeros. Y esta vez, nos hemos animado a probar algo que llevábamos mucho tiempo queriendo hacer: disfrutar de las playas nudistas  (a los que nos conocen, les extrañará poco). 

Cádiz es uno de los mejores sitios para practicar el nudismo, eso sí, hay que informarse bien de cómo llegar a los sitios, porque muchos de ellos son calas preciosas pero cuyo acceso no es fácil de encontrar, y puede ser dificultoso para niños pequeños o personas con movilidad reducida. Y muchas de las playas son naturales, por lo que no cuentan con socorristas o servicios sanitarios. 

En Cádiz, la mayoría de las playas donde se practica el nudismo son mixtas, es decir, los nudistas se mezclan con los llamados "textiles". Y si alguien va a la ciudad de Cádiz, sólo está permitido en la playa urbana de Cortadura. De todos modos, podéis encontrar toda la información en http://naturismo.org/playas-nudistas/andalucia/cadiz/ o en http://www.anna-nudismo.es/lugares-naturistas/lugares-naturistas-cadiz/.

Dicho todo este parrafón, nosotros nos hemos decidido por iniciar nuestra aventura en la playa de "La Mangueta", en Zahora, al lado de los Caños de Meca. El acceso es a través de un camino de tierra por el que se circula bien, con una gran esplanada al final para aparcar junto a la playa. Según entras en la playa, andas un poco hacia la derecha, y comienzas a encontrar nudistas mezclados con los "textiles", de hecho, hay muchas familias y grupos mixtos. Es una playa espectacular, como la mayoría de las de allí: arena blanca, amplia, y el mar a una temperatura estupenda y con oleaje del agradable. El acceso con pitufos es sencillo.




Al día siguiente, visitamos las playas que hay a ambos lados del cabo de Trafalgar: a la izquierda la playa de Caños de Meca, y a la derecha la playa del faro de Trafalgar. Hay comunicación entre ambas a través de una senda deasfalto/arena que conduce al faro. La primera tiene mucha roca en la orilla, por lo que nos gustó menos. La playa del faro es bestial, pero es una zona de más corrientes, por lo que no es adecuada para los peques. Eso sí,  las vistas  impresionantes. En ambas se puede hacer nudismo en la zona pegada al faro.

Faro de Trafalgar




Playa de los Caños de Meca





Playa del faro de Trafalgar



Hoy hemos visitado por la mañana la playa de Castillejos, en el propio Caños de Meca. Se trata de una cala a la que se puede acceder a través de un camino desde la calle principal, acondicionado por el hotel que hay al lado. El entorno es precioso con los acantilados. Eso sí, como en todas las calas, hay que estar atento con las mareas para no quedarte sin playa en 2 de pipas. Es un sitio donde tradicionalmente se mezcla nudismo y textiles, al igual que en las calas adyacentes como la playa de Cortina. Hoy lo único malo es que había bastante oleaje, así que con las peques en la orilla.




Por la tarde, para despedirnos del mar, hemos vuelto a la playa de Mangueta, y podemos afirmar que es nuestra preferida. Además de que la puesta de sol es impresionante.




Tenemos que decir que la experiencia ha sido estupenda: sabéis que a nosotros lo de despelotarnos nos cuesta dos de pipas, y las peques encantadas. Nos hemos bañado muchísimo porque el agua de aquí se presta a ello, y hay que reconocer que es comodísimo no andar con el bañador mojado. El ambiente es supertolerante y no te hace sentir incómodo en ningún momento. 



Conclusión: Nos ha encantado!!!! Repetiremos seguro. Ya os contaremos 😉. Y a los que esperáis el reportaje gráfico, os tendréis que conformar con fotos de las estupendas playas 😂




sábado, 2 de septiembre de 2017

Vejer de la Frontera

Como sabíamos que tocaba un día con viento de Levante, decidimos sustituir los planes playeros por los de visita turística, y en esta localización es obligado subir a Vejer de la Frontera (sí, digo subir porque es una pasada la localización de este pueblo).

Nos acercamos por la tarde, y lo primero que nos sorprendió es su tamaño: mucho más grande de lo que esperábamos. Está construido en lo alto de varias colinas, con unos desniveles tremendos entre unas calles y otras, que se conectan con cuestas de esas dónde el coche de nuestra amiga Lore sólo iría si es hacia abajo 😜. No nos podemos creer que haya alguien con celulitis en este pueblo.

Un consejo: el casco antiguo de encuentra en la parte más alta, por lo que, si es posible, hay que tratar de aparcar cerca (que no es fácil), o encomendarte a algún santo que te ayude a llegar a pata. Eso sí, os aseguramos que merece la pena.

Sabéis que nosotros no somos de coger la guía y visitar hasta el último monumento que venga recomendado. Nos va más lo de patear a nuestro aire y ver lo que surja. Y más con las 2 bichillos en las mochilas (que nos vinieron de muerte y nos permitieron pasear bastante).

El pueblo entero es precioso, con las casas encaladas impolutas, los arcos de la muralla, la Iglesia del Divino Salvador, el Castillo, las vistas imponentes desde los miradores.... Es un pueblo con mucha vida, independientemente del turismo, y hay que añadir que tiene un ambientazo tremendo: miles de tabernas y restaurantes preciosos para tapear o cenar, con precios para todos los gustos. Nos fijamos que aparte de los hoteles habituales, había varias casas rurales. Y encima pillamos el minimercadillo de artesanos. ¿Qué más se puede pedir?









viernes, 1 de septiembre de 2017

Aventura gaditana

Después de nuestra ruta por la Toscana, decidimos buscar un destino más relajado (si es que se puede hablar de relax con estos monstruitos). Así que se nos ocurrió visitar un lugar de superplayas dónde ni habíamos estado: Caiiiiiiiiii!

Vinimos hace 2 días y podemos decir que hemos tenido mucha suerte con el tiempo: calor pero sin agobiar. Nos hemos alojado en una casita rural en Los Caños de Meca, en en el parque natural de Las Breñas. Es verdad que en esta zona se respira un ambiente un tanto hippie y no está masificada.  

El primer día visitamos la playa de los Caños, ya que nos podemos acercar caminando. Es una playa muy rocosa en la orilla, lo que la hace un poco incómoda al entrar en el agua con las peques. Pero a cambio no hay mucha gente. Tienes una vista preciosa del faro de Trafalgar.





Y después cervecita y comida vegetariana en un restaurante flexitariano que está en un  conjunto de tiendas situado en una finca al lado de la casa.

Por la tarde, nos acercamos a comprar a Barbate. Es un pueblo marinero bastante más lleno de turistas copando las terrazas de los bares. A ver si nos acercamos otro día  con calma. Por la noche cenamos en una pizzería situada en la finca que os hemos comentado  (pizzas en horno de leña muy buenas). De paso, compramos unos vestidos hippies a las peques en una tienda de la finca, ya que estaban como locas con la ropa de allí. 

Al día siguiente nos acercamos en coche a la playa del Palmar, pero sólo para visitarla. Tremenda, muy llana y larguísima. Tenéis un montón de chiringuitos y ventas para tomaros algo, por si nos lee algún fan del pescaíto frito. Nos gustaron mucho las ortiguillas (anémonas rebozadas).

Por la tarde decidimos acercarnos a la famosa playa de Bolonia de la que todo el mundo nos ha hablado. Tenemos que decir que la fama es merecida. Una playa ancha con arena fina, y la temperatura del agua buenísima. Es verdad que hace bastante viento, pero eso no desmerece el sitio. Se puede pasear hasta las dunas de arena junto a la colina donde acaba la playa. Y es cierto que el atardecer es espectacular,  con el sol ocultándose  tras la colina.