Pues nada, que para celebrar nuestro cuarto aniversario de boda hemos decidido venirnos otra vez a Venecia.
Esta vez hemos pateado mucho la ciudad, alejándonos por el día de San Marcos y Rialto. Así, hemos descubierto multitud de rincones nuevos mucho menos transitados pero igual de bonitos. Además yo encontré una librería de antiguo en la que me compré una edición preciosa de la "Ballata del mare salato" de Hugo Pratt
Ah!
Y Decididamente, después de este viaje Bea se ha hecho fan del spritz con Campari y yo del de con Aperol ¿O era al revés?
