Primero hemos visitado tres cascadas, a cada cual más espectacular: Hjalparfoss, Seljalandfoss y Skógafoss. En esta última, pudimos estar al pie de la cascada, lo que a Alma le encantó.
Desde la carretera, pudimos observar Solheimajökull, una lengua glaciar. Y el remate fue visitar los acantilados de Dýrhólaey, y la playa de arena negra de Reynisfjara, con su cueva de origen basáltico.
Acabamos la jornada cenando en un pequeño restaurante de la localidad de Vik.
Haleee seguid disfrutando!!
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